Análisis
de libros de texto de Educación Secundaria Obligatoria
El Renacimiento y la Reforma,
pese a ser una importante época donde ocurrieron diversos acontecimientos de
diferente índole, es curioso como en los libros de texto de Educación
Secundaria Obligatoria son tratados de manera muy superficial y lineal.
No es posible hablar que las
editoriales se empeñen en afirmar que el nacimiento del Estado Moderno se
produce con la unión dinástica de los Reyes Católicos, continuando con el reinado
de los Austrias, cuando el concepto de nación, tal y como la conocemos hoy en
día dista mucho de la realidad. Una “nación” dividida en dos reinos, Aragón y
Castilla, cada uno de los cuales de regían por sus propias leyes. Algo muy
diferente es si las editoriales hablaran del expansionismo del reino de los
Austrias, no de conquistas territoriales sino de anexiones, pues en cada territorio seguían teniendo sus propias leyes.
No es de extrañar tampoco como por medio de pactos entre las “élites” de cada
territorio con la corona, ésta pudiera sentir que su reino era amplio.
Por otro lado, durante los siglos
XV y XVI se producen una serie de cambios de mentalidad en la población. De ahí
que surjan movimientos como el humanismo, donde se replantean y dan valor a los
valores humanos (permitidme la redundancia), donde la sociedad comienza a
cambiar, pasando de una sociedad feudad a otro tipo de sociedad; pues bien, tan
importante es este tema que las editoriales no le prestan la atención que
requiere, pasando por alto la organización de las clases sociales y las
relaciones entre ellas.
Sobre todo se centran en Italia,
que como viene siendo tradicional, es la “cuna del Renacimiento”. ¿Qué ocurre
con el resto de países-naciones-reinos donde también comienzan a producirse
estos cambios de mentalidad? ¿Dónde quedan Tomás Moro, Erasmo de Rotterdam o Antonio
de Lebrija? Parece que al tratarse de cambios de mentalidad y de “revolución”
con el poder no interesa que los alumnos se planteen los motivos que llevaron a
que ciertas personas se replantearan estas y otras muchas cosas. Quizás puede
ser que, y permitidme la expresión, “no interesa que los alumnos, que serán la
próxima generación, piensen por sí mismos; parece ser que es mejor que los
alumnos se dejen llevar por quien más sabe”.
A Carlos I de España y V de
Alemania, junto con su hijo Felipe II, se les sigue presentando como los “libertadores”,
los reyes que cambiaron la sociedad, los reyes con los que España llegó a su
máximo esplendor… Este tema habría que tratarlo con mucho mimo y cuidado, pues
no es del todo cierto. Es precisamente durante el reinado de estos reyes cuando
se producen una serie de conflictos internos y externos que creo que deberían
ser nombrados con mucho más énfasis que lo están haciendo en la actualidad.
Claro, como no podía ser de otra forma, las monarquías de los otros reinos
(Inglaterra, Italia, Francia…), pasadas por alto y tan solo quedan nombrados
los nombres de los reyes. Parece ser que no había comunicación entre ellos y si
las había era todo un “camino de rosas”, donde no había conflictos.
Fijarse hasta qué punto son
tratados los temas principales de los siglos XV y XVI que de la Reforma y la
Contrarreforma son tratadas como dos hechos puntuales sin mayor repercusión, más
allá de una “separación de los luteranos con el Vaticano”. Los anglicanos,
calvinistas y católicos, se nombran pero… Con la Reforma y la Contrarreforma
aparecen una serie de personajes que fueron piezas fundamentales: Enrique VIII,
Catalina de Aragón… ¿qué ocurre con ellos? ¿Eran amigos, enemigos? ¿No se
relacionaban entre ellos? “búscate la vida e investiga si te apetece” (creo que
es el planteamiento de las editoriales)
Curiosamente, el arte
Renacentista sí que le dan mucha importancia y dedican como cuatro páginas a
explicar las técnicas y evoluciones artísticas que se produjeron: La Capilla
Sixtina, el David de Miguel Ángel, Florencia…, claro está, el Renacimiento
exclusivamente se da en Italia y no hay más; ¿Francia? ¿Alemania? ¿Inglaterra?
Seguimos cayendo en el error de que Italia es la cuna del Renacimiento. Eso sí,
a España (como no podría ser de otra forma) también se la trata con especial
mimo: el Manierismo, El Greco..., al menos algo hablan.
En relación a, las actividades
que se proponen a lo largo de los temas son aceptables. Y digo aceptables
porque, además de incluir aquellas actividades de relleno donde los alumnos
deben responder lo que se ha dicho en el párrafo anterior, se incluyen
actividades donde los alumnos deben manejar fuentes historiográficas: mapas,
elaboración de ejes cronológicos, textos, comentario de obras de arte… (¡por
fin!). Sería perfecto si durante todo el tema se plantearan estas actividades dándoles
mucha más importancia, favoreciendo de este modo que el alumno sea autónomo y
comience a buscar aquella información que es importante.
En relación a la metodología
utilizada, se abusa demasiado del uso de la negrita. Las editoriales se empeñan
en hacer infantiles a los adolescentes. Esto no es un favor para hacerles más
fácil la vida, sino todo lo contrario. Los alumnos con estos métodos se mal
acostumbran y no aprenden a realizar ellos mismos sus propios resúmenes,
sacando las ideas principales de cualquier texto. Por consiguiente, si a un
alumno no se le habitúa al trabajo autónomo llegan a la Universidad y se
encuentran con la problemática de no saber investigar y documentarse para
llegar a entender y comprender los contenidos. Del mismo modo, las editoriales
se olvidan que los protagonistas de las aulas son los alumnos, no los libros de
texto y si me apuran, ni siquiera el profesor, cuya única función es la de
acompañar a sus alumnos a que ellos mismos descubran por sí mismos la
causalidad de los acontecimientos. ¿Qué ocurre si un alumno se equivoca? Ahí
está la labor que como docentes deberíamos llevar a cabo: acompañarles y
mostrar los diferentes caminos que el alumno puede coger y que tú como maestro
vas a estar ahí, no para solucionarle la vida y darle la respuesta correcta,
sino para ayudarle a descubrir cuál es dicha respuesta.
Christian
Rodríguez Rodríguez
Máster
Formación Profesorado, Geografía e Historia, grupo B
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